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Isabel Calvo

26/08/2016 | Sin categoría
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Isabel Calvo: “Es más feliz el que da que el que recibe”

Isabel Calvo tiene 64 años, 3 hijos y 2 nietas. “Monté mi empresa de cuidados a domicilio a los 57 años, a raíz de la enfermedad de mi padre. Yo era ejecutiva comercial en una compañía de seguros y lo dejé para cuidar de él. Al estar 5 años en cama aprendí los cuidados paliativos, los que alivian a los enfermos que no tienen cura, aprendí lo que era el Alzheimer, hice cursos, fui voluntaria en la residencia de ancianos…. Cuando él nos dejó, obtuve el título de Auxiliar de Geriatría y llegué a ser presidenta de la Asociación de Alzheimer local, lo que para mi significó mucho porque todos los cuidados que procurábamos a esos enfermos eran como seguir cuidando de mi padre.”

A través de esta experiencia le surgió la idea de crear una empresa de cuidados a domicilio: “Entonces supe que esa había sido siempre mi verdadera vocación: cuidar de los demás”.

 ¿Qué has aprendido de todas estas experiencias?

Me siento feliz de esta trayectoria vital, porque han dado sentido a mi vida. Todos mis pacientes me han dado muchas satisfacciones porque han confiado en mi.

¿Qué significa para ti una mujer con valores?

Una mujer que se da a los demás.

¿Cuáles son los valores personales y /o profesionales que han marcado tu trayectoria?

El trabajo, he sido una persona muy trabajadora y muy constante y siempre he pensado en los demás. Pienso que es más feliz el que da que el recibe.

¿Y el hito de tu vida del que te sientes más satisfecha?

Ha habido muchos casos con pacientes en los que me he sentido no orgullosa, sino útil. Porque necesitaban que les acompañaran en los momentos verdaderamente críticos de la vida. Había que estar ahí y abrazar a las personas igual que a mi me abrazaron cuando mi madre falleció a los 14 años.

Por ejemplo, los enfermos de Alzheimer te producen mucha ternura porque no saben ni quien eres, pero te ven y te abrazan, te dan un cariño desinteresado. Algunos enfermos tienen tanta dependencia que tú te conviertes en sus manos, sus pies, sus ojos, están esperando el momento de verte para que les saques de paseo, para desahogarse contigo. Por ejemplo, una señora, si quedo con ella a las 12, a menos 5 ya me está llamando. Otra paciente con tumor cerebral, que había sido enfermera jefe, cuando la acompañaba al hospital ella se sentía súper feliz porque se creía que iba a trabajar y en realidad la llevábamos a una analítica.

En tu opinión, ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la mujer hoy?

La mujer se enfrenta al reconocimiento de la sociedad, que nos ve como mujeres, y no como seres humanos. Tenemos la misma capacidad o incluso más que el hombre.

¿Cuál es el consejo más importante que te han dado? ¿Y el que tú darías?

Sé tú misma. Y el que yo daría: que se pongan en la piel de la otra persona.

¿Y la mujer a la que más admiras?

A mi madre y a Teresa de Calcuta. A mi madre por los valores que nos inculcó y a Teresa de Calcuta porque vivió para ayudar a todos los necesitados, siempre con una sonrisa.

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