Consejos para lavar las sábanas
Irse a la cama con sábanas recién lavadas (y planchadas) es un placer: sentir el tacto suave al contacto con nuestra piel, percibir el sutil aroma a suavizante y la ausencia de arruguitas, hacen que dormir sea mucho más agradable, mejorando la calidad del descanso.
Con una correcta limpieza de la ropa de cama conseguimos no sólo quitar posibles manchas, sino también la acumulación de ácaros, pieles muertas o cabellos entre las sábanas…
¿ Cómo lavar las sábanas de tu cama?
La ropa de cama nueva debe lavarse antes de usarse para eliminar restos de los procesos de fabricación, y lo ideal es usar un programa de lavado en frío.
Y una vez estrenadas, es importante cambiarlas cada una o dos semanas, y lavarlas con la intensidad y la temperatura adecuadas, habitualmente entre 40 y 60º.
Consulta la etiqueta de tus sábanas para saber cómo lavar las sábanas de la mejor forma. Es importante elegir el programa correcto en función de la composición del tejido. Según se trate de algodones o sedas, ropa blanca o de color, los lavados son más o menos intensos y las temperaturas más o menos altas.
Al enfrentarse a manchas difíciles, es conveniente tratarlas previamente, y si la ropa está muy sucia en general, existen programas con prelavados para una limpieza más exhaustiva.
Aprovechamos para recordar el significado de los símbolos de las etiquetas:
Es aconsejable lavar la ropa de cama sola, sin otras prendas en la colada. Para un buen lavado es necesario que haya espacio en la lavadora, y que la ropa se mueva libremente. Además, así se arruga menos.
Para acabar con un lavado idóneo, es importante ajustar la cantidad de detergente más adecuado para cada colada, evitando que los excesos de detergente hagan que el tacto de las sábanas no sea tan suave.
Fuente: Balay http://bit.ly/2pw2XO9
Y… ¿Cómo es mejor secar las sábanas?
- Utilizar la secadora: la opción más rápida y práctica si no tienes mucho tiempo, si está lloviendo o no tienes espacio para tenderlas.
- O como toda la vida: tenderlas al aire libre lo más extendidas posible, evitando que les dé el sol directamente para que no amarilleen, si son blancas, o si son de color, no lo pierdan.
No hay que tardar en recogerlas cuando estén secas para evitar que queden muy ásperas.
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